“Vine buscando profundizar mi experiencia cristiana y sacerdotal. Vine buscando navegar mar adentro, decidirme a un seguimiento del Señor Jesús sin peros, sin miradas hacia atrás, sin medias tintas. Vine con un deseo de encontrarlo nuevamente para que mi corazón sacerdotal volviera a arder como en el tiempo del primer amor…
Como no podía ser de otra manera, me salió al encuentro en cada detalle, en cada lugar físico de la peregrinación. Su Amor generoso me conmovió las entrañas a lo largo de toda la renovación. El Señor, sabiendo que mi corazón es insaciable, “que me bajan una estrella y quiero cinco”, me colmó, me habló, se manifestó, me encerró, me envolvió, me mimó y me invitó a no andarme con chiquitas, a tomar la cruz sin miedos, con una certeza existencial de que Él estará siempre, en cotidiana fidelidad.
Regreso a casa anonadado de tanta desbordante gratuidad. Puede sonar exagerado, pero el contacto con esta Tierra Santa, hizo posible esta seguridad vital”.
Muchas gracias a toda la Legión y a mi benefactor en particular, a quien encomiendo en especial!!
Padre Juan Carlos Lisa.